Su carta hace un repaso por la cocina tradicional china, “como la de las abuelas”, de ese inmenso país. Incluye muchos platos caseros, como las empanadillas al vapor, los salteados, tallarines, platos picantes e incluso platos de casquería, muy típicos de algunas regiones chinas, pero al gusto de los paladares españoles.

Shangrila ofrece entre sus especialidades, recetas caseras de la cocina tradicional china, de la región de Qingtian, famosa por sus campos de arroz con peces, pero con un toque personal.

Entre estos platos destacan los tallarines chinos con salsa de la casa, receta de la abuela de uno de los propietarios., al igual que la sopa de tallarines caseros o el dim sum.

La carta ofrece también sopa dimsum y una amplia variedad de salteados de pollo, ternera o gambas, acompañados de verduras típicas de la cocina china, como el loto, espárragos, col, algas o  berenjenas chinas. Ofrece también multitud de sopas y tallarines o unas exquisitas costillas de cerdo y pato asado y los tradicionales rollitos de primavera.

Entre sus recetas picantes hay que destacar las sartenes de pollo, ternera, gambas o calamares con verduras, que llegan a la mesa sobre un hornillo, y en la casquería, los callos de ternera o cerdo salteados con puerro.

También se pueden degustar dulces en el postre, propios de la cocina de  Shanghái. Se puede elegir entre mochi de Cheesecake con helado wasabi, tarta de queso con té Matcha o la tarta de chocolate con wasabi, fusión entre oriente y occidente.

Cabe destacar la cerveza china Tsingtao, suave y de sabor agradable, que combina muy bien con los platos elaborados en el restaurante.

Un lugar con un personal que pasa desapercibido por su discreción y una decoración sin estridencias. La recomendación es comer en la planta de abajo, en un ambiente recogido y muy agradable. Todo ello a precios asequibles.

Shangrila toma el relevo del primer restaurante chino que abrió en Madrid en 1963, con el mismo nombre y en la misma ubicación. La calle Leganitos, a escasos 200 metros de la Plaza de España y Gran Vía, para ofrecer cocina tradicional china, que recupera tras varios años especializado en el pho vietnamita ofrecido por sus anteriores propietarios.

Leganitos es una calle turística en la que se asientan numerosos negocios orientales y por ello, disponen de una carta escrita en japonés, chino, coreano, español e inglés.

Shangrila Dimsum Bar es propiedad del mismo grupo empresarial que abrió hace unos años el antiguo restaurante El Buda Feliz. Los propietarios son la segunda generación china en España, que hace unos años crearon este grupo hostelero especializado en comida asiática.