El recinto, en el barrio madrileño de Chueca, aúna calidad en los productos, diseño, ocio y cultura
San Antón, un mercado moderno
El mercado de San Antón, situado en el Barrio de Chueca -en la intersección de las calles de Augusto Figueroa, Barbieri y Libertad-, ofrece la posibilidad de comprar, comer y cenar, con el espíritu, la clase y el diseño que hoy en día tiene esta zona del centro de Madrid. El recinto aúna calidad en los productos, .
En 2002, el ayuntamiento incluyó al mercado de San Antón en un ambicioso plan de modernización y dinamización de los mercados de Madrid y construyó un edificio adaptado a los nuevos tiempos y al nuevo barrio.
El resultado de la remodelación es un edificio de tres plantas, más una planta baja por debajo del nivel de la calle, en la que hay un supermercado de una cadena de supermercados.
En la primera planta hay un mercado tradicional con carnicerías, charcutería, pescaderías, frutería, e incluso una tienda especializada en bacalao, donde la colocación de los productos, en todos ellos, es en sí misma todo un espectáculo de orden y colorido.
En la segunda planta hay diversos puestos de comida para llevar, tapas, sushi, cocina griega, grill asador y un centro cultura que funciona también como sala de exposiciones y eventos.
En la tercera planta hay un restaurante terraza en el que además de degustar su carta, ofrece un novedoso concepto en el que “tú eliges el producto en el mercado y nosotros te lo cocinamos a tu gusto”. Desde la terraza, de 400 m2, se disfruta de unas espectaculares vistas del cielo de Madrid y de las cales del barrio.
Pero el mercado no siempre fue así. En sus comienzos no era más que un mercadillo callejero que abastecía al denominado Barrio de la Justicia, cuyo crecimiento en el siglo XIX había sido muy significativo para dar cobijo a emigrantes que llegaban procedentes del campo.
Con el fin de evitar los malos olores y la suciedad que producía el mercado callejero, el Ayuntamiento de Madrid cedió un solar en el lugar donde ahora está construido el mercado.
El mercado lo diseñó Carlos de la Torre y Costa y su construcción finalizó en 1945. Gozaba de una gran popularidad y llegó a convertirse en un importante centro de reunión para los vecinos de la zona. El edificio, sin embargo, carecía de interés arquitectónico, pues su construcción se hizo íntegramente en hormigón, con enormes e innumerables pilares para evitar el uso de acero, que era caro y escaso, debido a la situación de guerra en Europa.
En ocasiones se celebran también conciertos en el mercado y todos los años, el 17 de enero, se conmemora San Antón, patrón de los animales. En ocasiones, con un concierto dedicado a las mascotas de la casa, a las que también se ofrece un aperitivo especial.