La ruta conectaba doce localidades de la provincia más meridional de la Hispania Romana, que con la división administrativa de Augusto en el siglo I antes de Cristo, abarcaba prácticamente la Andalucía actual, pero configurada por cuatro circunscripciones: Gaditanus, Hispalensis, Cordubensis y Astigitanus.

La Bética fue uno de los territorios anexionados al dominio del imperio romano con un mayor nivel de romanización de sus habitantes, como así lo demuestra la subida al poder de dos emperadores béticos nacidos en Itálica, Trajano y Adriano, a finales del primer siglo y durante el segundo.

La Ruta

Desde Gades (Cádiz)  a Cástulo (a unos 5 km de lo que hoy es Linares en Jaén), se extendía un importante sistema de obras públicas, que conformaba una compleja red de comunicaciones de gran valor militar, económico y propagandístico.

Cástulo

El actual itinerario para descubrir la Ruta Bética Romana abarca parte de los territorios de las provincias de Cádiz, Sevilla y Córdoba. Se puede iniciar y acabar en distintos puntos, pero si partimos de Cádiz, tras visitar la ciudad, la ruta sigue hacia el norte, hasta la ciudad romana de Itálica, en Santiponce,  a unos pocos kilómetros al norte de Sevilla. 

Anfiteatro Romano de Itálica

Santiponce se encuentra en la comarca del Aljarafe. Entre sus lugares históricos, figuran el Monasterio de San Isidoro del Campo, edificado en el siglo XIV por Guzmán el Bueno. Las ruinas de Itálica son los restos de una de las principales urbes de la Hispania romana. Su estado de conservación es aceptable.

El camino continúa en dirección noreste en paralelo al río Guadalquivir, y atraviesa las localidades de Carmona, La Luisiana, Écija, Almodóvar del Río, Córdoba y Montoro. Desde esta localidad nos dirijimos hacia el sur, hasta Almedinilla, y desde aquí hacia el este, de nuevo en dirección a Sevilla, atravesando Puente Genil, Osuna , Marchena y de nuevo Carmona.

Necrópolis Carmona

Son muchos los conjuntos arquitectónicos que podemos visitar en cada una de esas ciudades, pero entre otros muchos podemos destacar el Alcázar del Rey Don Pedro, la Necrópolis Romana, la Puerta de Sevilla y la Puerta de Córdoba en Carmona. También la ya mencionada ciudad Romana de Itálica en Santiponce, de la que se siguen descubriendo construcciones y mosaicos en las excavaciones. No hay que perderse tampoco el Ecomuseo del río Caicena y la Villa del Ruedo en Almedinilla, ni los baños romanos de La Luisiana, Portus, el Castillo de Monte Testaccio en Almodovar del Río y Las Murallas de Marchena.

Alcázar del Rey Don Pedro, Carmona

Puerta Carmona

Almenidilla, El Ruedo

En esta ruta de arte romano no hay que olvidar, Hasta Regia, al norte de Cádiz y Baelo Claudia, en la pedanía de Bolonia, del término municipal de Tarifa.

Hasta Regia es una antigua ciudad, al parecer fundada por los Tartesios, cuyos restos arqueológicos hoy se encuentran en la barriada rural de Mesas de Asta, a unos 11 km del centro de Jerez de la Frontera, en la carretera que une esta ciudad con Trebujena.

Pese a su supuesta fundación tartesia, existen diferentes indicios de presencia humana que van desde el Neolítico hasta la época Islámica en el siglo X. Según algunos estudiosos, el apelativo de "Regia” que recibía la ciudad, proviene de que en época romana tenía más importancia que Baelo Claudia o Itálica.

Baelo Claudia, era una antigua ciudad-factoría romana. Está situada en la ensenada de Bolonia, dentro del actual Parque Natural del Estrecho, a  unos 22 km de la ciudad gaditana de Tarifa a la que pertenece esta pedanía. El conjunto arqueológico, que fue declarado Monumento Histórico Nacional, sorprende por su buen estado de conservación.

El estudio de sus restos arquitectónicos data su origen romano a finales del siglo II a. C. Ya desde esa época fue un centro económico de gran riqueza e importancia en el Mediterráneo, por sus conservas y salazones y la elaboración del garum.

Baelo Claudia, Bolonia (Tarifa)

La ruta incluye no sólo las localidades mencionadas, sino también parajes de gran interés natural como el Parque Natural de la Bahía de Cádiz, el parque de la Subbética  Cordobesa, la Campiña, el Parque Natural de la Sierra de Hornachuelos y el Valle del Guadalquivir.

Los sabores de la Bética

La zona geográfica de la Bética era muy importante para roma por su producción minera, oleística, y cerealística y una ruta en la que el vino, el aceite y el garum acompañaban al viajero a lo largo de todo el recorrido.

El garum era un condimento indispensable de las mesas romanas. Era una salsa de pescado elaborada con vísceras fermentadas. Lo consumían exclusivamente por las capas altas de la sociedad de la antigua Roma, quienes lo consideraban un alimento afrodisíaco.

Los romanos almacenaban el vino elaborado en Hispania en ánforas fabricadas por alfareros de la Bética. Desde aquél origen lejano hasta la actualidad, los vinos de esta región han sido muy apreciados, como los de Jerez o las manzanillas, especialmente las de Sanlúcar. También los olorosos, amontillados y dulces, elaborados en Córdoba, o los prestigiosos vinos de la comarca de Montilla-Moriles.

También el aceite de oliva goza de una milenaria tradición en Andalucía y hoy en día se pueden degustar numerosas y muy distintas variedades a lo largo de toda la Ruta Bética. Todas ellas son producciones oleícolas de buen gusto y gran calidad, que gozan de reconocido prestigio mundial. Son muchas, pero entre ellos cabe mencionar las de la comarca Sevillana de la Campiña y especialmente las de la Subbética Cordobesa que reciben la denominación de origen de Priego.

En la Bahía de Cádiz, la economía giraba en torno a la comercialización de productos de la pesca. Una tradición que llega a hoy en día, donde las conservas pesqueras de Cádiz, especialmente las atuneras,  gozan de una muy alta calidad y reconocimiento mundial.

No te pierdas

Santiponce: El primer sábado de Cuaresma se celebra el Vía Crucis de Itálica. Es una procesión que tiene por escenario el recinto arqueológico de Itálica.

Carmona: En Semana Santa, las cofradías atraviesan la romana puerta de Sevilla que se construyó en época de Jesucristo.

Écija: Merece la pena visitar el Museo Histórico Municipal para contemplar el mosaico del Cortejo de Baco.

Almodóvar del Río: Una actividad interesante es cenar en el castillo de Almodóvar.

Córdoba: Si el viaje se hace en primavera, no se puede dejar de visitar los patios cubiertos de flores y hablar con sus propietarios.

Montoro: Imperdonable no contemplar el Guadalquivir desde el mirador y pasear por su casco histórico.

Almenidilla: Asistir a la fiesta romana del "Festum" en agosto, o al menos a una de las cenas romanas que se celebran cada fin de semana.

Puente Genil: Visitar el puente, pasear por el casco histórico y probar el dulce de membrillo.

Osuna: Visitar el monasterio de la Encarnación donde sus moradoras, las  monjas, nos explican con todo detalle la azulejaría del claustro.

Cádiz: Difrazarse y disfrutar de la ciudad en carnaval durante el mes de febrero.

Tarifa: Baelo Claudia. Mirar hacia el Estrecho y contemplar la puesta de sol en la Ensenada de Bolonia.

Castillo de Almodóvar