La milla de oro lisboeta
La capital de Portugal ya no es solo una ciudad con un rico pasado patrimonial e histórico, donde la saudade, el fado, los barrios populares como el Chiado o la Alfama, o las callejuelas y plazas de gran belleza arquitectónica eran la meta para el viajero.
Tampoco es ya, únicamente, el lugar para comprar un exquisito café en la célebre cafetería A brasileira o para comer bacalao en sus recoletos restaurantes de barrio.
Lisboa es, hoy, mucho más. La ciudad portuguesa se ha convertido, desde hace 3 o 4 años, en un centro de modernidad, donde cohabita ese rico pasado cultural y todas sus tradiciones con una urbe moderna, cosmopolita, que aúna, entorno a su famosa avenida da Liberdade, arteria principal de Lisboa, lo que podríamos denominar “la milla de oro” lisboeta.
Por eso, Lisboa es, hoy, un destino variado y bullicioso, donde hacer muchas cosas. Entorno a la avenida da Liberdade, la hermosísima y amplia vía que va desde la plaza Marqués de Pombal hasta la del Rossio, se aglutinan numerosos hoteles de alta calidad, restaurantes de moda, tiendas de lujo con las mejores marcas internacionales y hasta pastelerías-salón de té (también restaurante) como la veterana Ladurée parisina, célebre por haber dado a conocer al mundo los dulces “macarons”, que posee una exquisita sucursal dentro del Fashion Clinic, centro comercial de boutiques de alto standing.
Además, “la milla de oro” tiene la ventaja de estar próxima a barrios tan tradicionales, y populares como el de Santo Antonio, donde encontramos esa Lisboa más antigua, en la que descubrimos tiendas con solera como la fabricante de ginginha, alcohol hecho a base de guindas, uno de los sabores más característicos de la ciudad, junto al de los “pasteis de nata” (pastelillos con crema pastelera) o al de los buñuelos de bacalao, las almejas de “bulha a pato” (una especie de almejas al ajillo con hierbitas) o el arroz con bogavante.
Shopping y gastronomía
En la bellísima avenida da Liberdade, hay tiendas de joyas y de ropa de marcas de alto standing, desde el ya citado centro “Fahion clinic” hasta boutiques de grandes modistos internacionales, pasando por otras de origen español como la de Massimo Dutti. Esta última es ya de por si, por el antiguo y bellísimo palacete blanco rehabilitado donde se ubica en la avenida da Liberdade, un espectáculo en sí misma. Cuadros, alfombras, maderas, un jardín interior…
Como bien se dice en francés, estos locales, haciendo honor a su nombre JNcquoi, que significa “Je ne sais quoi”, (en español, “no sé qué”) tienen un “Je ne sais quoi qui fait presque tout” (“un no sé qué que hace casi todo), o sea un encanto especial, un estilo, que se lo aportan los múltiples detalles. El primero de los dos locales fue inaugurado en 2017. Es un concepto muy moderno, polivalente, donde encontramos en la planta de arriba un elegante restaurante y en la de abajo una barra “twist” donde probar una cocina moderna e internacional y divertida, como el tiernísimo roastbeef, unas ostras o un ceviche de mero. En el mismo espacio, tenemos una tienda gourmet de productos gastronómicos y vajillas, una librería, un rincón de cata de vinos e, incluso, un disc-jokey.
El segundo de los JNcQUOI, más enfocado al tema asiático, es todo un bebé. Abierto hace solo dos meses, el local, ha sido ideado por Lázaro Rosa Violán, uno de los decoradores más importantes en el sector de la hostelería, a nivel internacional. De aires asiáticos prioritariamente, el restaurante, refinado en su estética y exotismo, posee varios ambientes, entorno al continente asiático, con un Suchi Bar, una zona más restaurante con mesas, un bar y una terraza. Una cocina de fusión de la china, la japonesa, la thai, la india y la portuguesa cuya filosofía radica en los 500 años de historia de Portugal, con todos sus descubrimientos de nuevos mundos, y de los productos que los portugueses importaron de Brasil, de Africa, de Asia…
Los platos reúnen tanto los alimentos que se trajeron de allende los mares como aquellos que se llevaron allí. El restaurante está impregnado de ese internacionalismo, de ese cruce de caminos, de esa cultura de travesías que tanto ha enriquecido la cocina portuguesa. Platos como el usuzuki de lirio ( rico pescado en ceviche), el uramaki JNcQUOI (tipos de sushi) o los dumplings de cangrejo configuran unos entrantes que abren el apetito al comensal. Inolvidable el caril vindalaoo de cerdo, cocinado con una salsa espesa picante riquísima que “engancha”, y como no podía ser menos en Portugal, un plato de bacalao negro con miso. Ir a JNcQUOI es, sin duda alguna, una experiencia inolvidable, una fusión de culturas, para conocer esa otra Lisboa moderna, chic, elegante y lujosa.
Un hotel con corazón
La oferta de alojamientos es extensa en la “la milla de oro”. Pero, hay uno que destaca por su atención al cliente. Se trata del Fontecruz Lisboa, cuya fachada principal da a Liberdade y la parte de atrás al barrio de Santo Antonio.
El cariño que destila el Fontecruz Lisboa hacia su cliente se siente también en su restaurante. Moderno, acogedor y cosmopolita, está presidido por un piano que ameniza las comidas y por la espectacular barra americana, donde se preparan riquísimos cócteles.