Sara García finaliza en segundo lugar del Mundial de Bajas, con Yamaha
Ha finalizado el Mundial de Bajas 2020, con una última carrera en tierras portuguesas, La Baja Portalegre, que ha servido para que la zamorana Sara García se alce con el segundo puesto de la general.
Una carrera complicada debido a las abundantes lluvias que complicaron los recorridos durante todo el fin de semana.
El objetivo principal de Sara García, además de hacer un buen papel en el mundial, era sumar kilómetros y ganar confianza con la misma moto con la que correrá en enero su tercer DAKAR. “Sabía que me iba a penalizar ir con la moto de rally", más pesada y más complicada de usar en lluvia y con suelos embarrados, “pero creí que iba a ser más positivo sumar kilómetros con la moto que utilizaré en el Dakar”, señaló Sara, que aclaró que se había sentido muy cómoda “rodando con la gorda”, que es como Sara llama a su moto del Rally más largo y complicado de todos.
La Baja Portalegre comenzaba el viernes, con una etapa prólogo de 3,31 km, que daba paso a un segundo tramo cronometrado de 75 km, sobre un terreno con “enormes charcos e incesante lluvia” señalaba Sara, en el que había conseguido "alcanzar muy buen ritmo con la moto de rally, adelantando a unos 5 o 6 pilotos”.
Según la piloto, no le resultó difícil encontrar un ritmo adecuado que le permitió disfrutar del recorrido hasta que “alrededor del kilómetro 60, en un vadeo de un río, se me paró la moto al entrar, creo que por ir en una marcha demasiado larga, y perdí unos valiosos 10-15’ en sacarla del río y arrancarla". A pesar de este incidente Sara finalizó el día cerca del primer puesto.
Para el sábado se había previsto una especial cronometrada, de 304 kilómetros, que finalmente se recortó a 79 por las condiciones meteorológicas y del terreno. "Estaba mentalizada para una especial larga. Además en tantos kilómetros tenía posibilidades de recortar los pocos minutos que me separaban del primer puesto” algo que no pudo materializar por el recorte en el kilometraje.
A pesar de ganar esta tercera especial, la piloto zamorana no consiguió recortar el suficiente tiempo como para subirse al primer cajón del podio.
Única mujer europea en acabar el rally más duro del mundo sin asistencia
La categoría original sin asistencia significa que corre sin equipo de mecánicos y que, al llegar a meta y mientas otros se pueden poner a descansar y a pensar en una nueva etapa, a ella te queda limpiar, revisar y ajustar la moto y estudiar la ruta del día siguiente, y luego dormir en una tienda de campaña mientras otros cuentan con un camión con todas las comodidades.
Además de todo esto, le gusta practicar snowboard, montañismo, escalada, mountain bike, la lectura, el cine y salir con sus amigos.
Interés temprano por las motos
Su interés por el motociclismo fue muy temprano, cuando con tres años, su padre, que tenía un concesionario de motos en Zamora, le regaló una moto “chiquitita”.
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Para quien crea que esto de subirse a una moto es fácil, habría que decirles que en 2018 Sara tuvo un grave accidente en el Merzouga Rally de Marruecos, y tuvieron que trasladarle en un helicóptero medicalizado a un hospital.
“En realidad, entre nosotros no competimos”, señala Sara, que asegura que Javier corre más que ella, pero que también se pierde más.
En el último Dakar tuvieron un pequeño accidente, Javier le embistió por detrás con su moto, porqué cuando van de recorrido, “yo soy la que va adelante, marcando un poco el ritmo, y él siempre va un poco a rueda. Y claro, a veces vamos tan pegados, que si yo quiero hacer cualquier reacción, él no tiene tiempo para reaccionar. Y pasó eso: cada uno íbamos por nuestro carril, pero en el mío había un pedrusco enorme, corté y me fui hacia su carril y él no tuvo tiempo de frenar.
Sara tiene además una parte solidaria y colabora con Inspiring Girls, una fundación para fomentar la ambición profesional en las niñas y con AZAYCA (Asociación Zamorana de Ayuda Frente al Cáncer), para ayudar en la investigación frente a esta enfermedad.